miércoles, 24 de marzo de 2010

Dos participantes de ICCS socorren a turista ruso atacado en el Pie de la Popa


Publicamos relato de primera mano de la profesora Eda Henao (Borough of Manhattan Community College), participante de la II Conferencia Internacional en Estudios Caribeños, sobre como ella y su colega Nidia Pullés socorrieron a turista ruso asaltado en el Pie de la Popa.
  
Como viajábamos de vuelta a NY el viernes y Nidia nunca había visitado Colombia (ni ningún sitio en Sur América) tomamos la tarde del jueves libre y asumí el papel de guía turística. Cuando íbamos en taxi camino a La Popa, vimos que había gente enfrascada en un altercado físico unos cien metros en frente del taxi. Pregunté qué hacía esa gente y al principio escuché que alguien dijo que estaban jugando. De repente, el taxista frenó en seco y dijo, 'están asaltando a ese hombre' y comenzó a echar reversa en el taxi. Yo casi me muero de la histeria de pensar que si salíamos a intervenir, seguramente no sería lo más prudente e irnos y dejar que a esta persona la mataran allí parecía peor alternativa. Le dije al taxista que por lo menos tocara la bocina y así lo hizo. Vi que venía un soldado con un arma enorme corriendo hacia los hombres los cuales, cuando ya vieron al soldado encima, se dieron a la huida. Nidia y yo nos bajamos del taxi a tratar de auxiliar al hombre. Era un turista ruso de unos 70 y pico de años con residencia en los EEUU. Tenía una cortada impresionante en la cabeza y sangraba como jamás vi sangrar a nadie. Aparentemente, le habían dado un machetazo (!) en el intento de robo. Los soldados se gritaban unos a otros que por qué no había nadie en esa curva (al parecer uno de los chicos/soldados había abandonado su puesto para preguntar algo o no sé ciertamente por qué razón y los asaltantes aprovecharon para lanzársele al señor que iba en bicicleta), llamaron por radio, subieron corriendo trabajadores que trabajaban en la carretera. A todo esto, Nidia y yo tratábamos de contener el torrente de sangre que salía de la cabeza del señor con la camisa que los ladrones le habían quitado en el intento de robo. Se habló de ambulancia, y propusimos llevar al señor en el taxi al hospital. Finalmente, los soldados dijeron que era lo mejor porque se desangraría el hombre allí mientras esperaba ambulancia. Así lo hicimos. Gracias a Dios que el taxista no se preocupó del hecho de que su taxi se manchara de sangre. Era un chico muy dulce y atento. En la clínica, tradujimos lo que pudimos, nos aseguramos de que alguien allí hablara un poco de inglés para que se pudieran comunicar con el señor, obtuvimos sus datos personales, número de pasaporte, dónde se hospedaba, si tenía familia a quien llamar, cuestiones de seguro médico, etc. Una vez dimos reporte a un agente de policía que llegó en algún momento, nos fuimos. De más está decir que el resto del día fue un poco nebuloso, por lo menos para mí.

Una vez en NY, nos llegó noticia del señor. Los diarios de Cartagena y Barranquilla decían que un turista había sido asaltado por menores, que la familia de los menores habían forzado a los chicos a entregarse y que la policía había salvado al hombre y lo había llevado al hospital. (¡Qué mentirosos!) De todos modos, nos alegramos de que el señor, que es un viajante casi que de profesión de acuerdo a lo que nos dice y al sitio web y blog que mantiene, esté bien. El señor dice que lo que la policía hizo con su caso y los chicos y todo el rollo que armaron para la prensa había sido un poco un espectáculo armado por las fuerzas de la policía.

Mira lo que escribió el señor y los nexos a la noticia que salió en los periódicos:

Travel Notes on my robbery

For ten years of my travel it was nothing happened to me. But on March 18 I was robbed and attacked with machete. I was riding down from Mt. La Popa, Cartagena. Lonely Planet warned that it was several armed robbery on this route. Last year  former major of Bogota was robbed. It was clearly  my stupid mistake to ride bike there.

Two black teenagers (17 and 18) attacked me. They hit my head with machete, I fell from the bicycle and lost consciences for a second.  Then I wake up, I found machete put at my throat. I grabbed machete and also noticed that it was not very sharp,  as my fingers were not hurting. Later doctor have to put couple stitches on my fingers, anyhow. Teenager pulled machete, I resisted. Then he put his foot on my face and pulled again, I still resisted. Then they start  kicking  me with their feet. Eventually one of them said magic sentence in English: "Give me your money"  I immediately let machete go, jumped on my feet and pulled out my pockets. Take whatever you want! They took my pocket watch, compass, glasses and about $20 worth of Colombian pesos and run away to bushes as cars approached and started signaling. My head was bleeding heavily. I took off my shirt and tied it around my head to stop blood. Then two women, one Colombian, another from
New-York took me on their taxi to the ambulance, which  was conveniently located just below Mt. La Popa. My cut was about 10 cm long and doctor puts about 10 stitches. Report in Russian Radio Station, below, is greatly exaggerated.  Healing goes extremely well. Today, 3 days after the incident I feel OK, no swelling no pain. Doctor said to remove stitches in 5 days.

Next day police came to my hotel and took me to Cartageana Police
headquarter. They caught these boys. Their mothers brought police to boy´s secret hiding place. As far as I understand police want to publicize entire story as they caught them really fast and want to be prised for their achievements. Big press conference was scheduled at Police Headquarter. Police asked me not to press charges, as they came themselves, (with mothers). I do not believe that person who tried to cut somebody´s head in a half at 17 will ever be a good person or citizen. But on the other hand, I stopped any attempts to change the world long ago. And I decided do not interrupt with the way Cartagena police wanted to handle this case.  So I somehow reluctantly participated in that spectacle which police orchestrated. I took apology from their mother and from them and took a present (sombrero). I only resisted when that teenager tried to put the hat on my head, which he just day ago tried to cut in a half. Police offered me helicopter tour
above Cartagena. But I was too tired and refused. Police also offered me my personal police escort while I ride bike in town, which I also refused. Town is actually quite safe and nice.

All Cartagena major newspapers published this story on front pages
My name as usually was misspelled like this:
Alex Mumzhin
Alex Mruchov
Alex Mucro

You could type these names in Google and you get bunch of newspaper articles. Some of them are listed below:

http://www.eluniversal.com.co/v2/cartagena/sucesos/menores-se-disculpan-y-dan-sombrero-vueltiao-turista

http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/G/gjovenesagresores/gjovenesagresores.asp?CodSeccion=26

http://www.eluniversal.com.co/v2/cartagena/sucesos/hieren-turista-ruso-para-robarle-bicicleta

http://www.periodicoelsol.net/noticia.php?Id=7100

II Congreso Internacional Estudios Literarios Hispanoafricanos

Cualquiera se duerme: Hasta en una conferencia de estudios caribeños

Foto: Jose Félix Heraldez Ibañez.

Carta al Congreso de Cartagena: Un sobreviviente del terremoto en Chile nos cuenta su experiencia



deJosé Manuel Rodríguez Angulo
paraKevin Raul Sedeño Guillen
fecha17 de marzo de 2010 11:31
asuntoDisculpas
enviado porudec.cl
ocultar detalles 17 mar (hace 8 días)

Kevin,
Disculpa, pero no había podido escribir antes. Ya sabes que en Concepción
fue el epicentro del cataclismo. Comprenderás mis razones para no asistir
al congreso.

Sólo quiero solicitarte un favor: se adjunta una carta que me gustaría que
algún compañero leyera en lugar de mi ponencia.

Muchas gracias.
Juan Manuel Rodríguez Angulo
Universidad San Sebastián
Concepción, Chile

Nunca he dejado de asistir a un Congreso donde haya tenido una ponencia aceptada. Y esta no era la ocasión de de romper con una honrosa y muy personal tradición. Sin embargo, las potencias de la tierra hablaron con su voz enloquecida, enronquecida, enardecida. Fue espantoso ver a la muerte desatada por esas potencias inocentes, juro que vi a la huesuda con la cabellera al viento cruzar por las paredes de mi casa, la casa no cayó, pero sí  cayeron otras. También el mar empujado desde el fondo de los fondos cruzó impertérrito, tranquilo, pero enorme, sobre casas, campos, pueblos y caminos… se hace evidente, entonces, el nombre del suceso: Cataclismo.
En la alta noche la luna brillaba sobre nuestras sombras asustadas y no paraba de temblar, un movimiento incesante, sólo interrumpido por estampidas subterráneas que anunciaban réplicas que eran verdaderos terremotos. Al amanecer salimos en busca de los padres de mi esposa, ya en las calles el desastre era evidente, carreteras destrozadas, edificios en el suelo, enormes grietas… en el frío de la mañana encontramos a los pobres viejos junto a una pequeña fogata encendida frente a su edificio en ruinas.
Mientras en la costa se sucedían maremotos borrando del mapa pueblos enteros, el gobernante del país, Bachelet, anunciaba que no había peligro de “tsunami”. Aún en la mañana seguía hablando del “fuerte sismo” que sacudió a una región del sur. A esa hora empezó el segundo cataclismo: el social. Cientos, quizás miles, de sujetos de toda condición se entregaban al saqueo. Pero fue aún más que robo en despoblado, pues una vez saqueado empezaron a quemar supermercados, casas, empresas. El mejor ejemplo ocurrió en el momento que un sujeto cruzaba con un carrito lleno de bebidas robadas frene a un edificio en ruinas. Los bomberos acababan de rescatar bajo los escombros a una mujer que clamaba por agua, le pidieron una botella al ladrón y éste profiriendo un garabato siguió su camino…
En ese mediodía de infierno intentaba cruzar por puentes inestables hasta la casa de mi padre, la que no sabía en ruinas. Él no estaba allí. La catástrofe lo sorprendió en el campo de mi familia. Días después me contaba que en el mismo mediodía que lo buscaba, vio en la huerta de la casa los espíritus de tíos y abuelos que conversaban seriamente bajo los árboles y lo miraban con pena. Recordé la casa de los Buendía, lugar en que moraban los vivos y los muertos.
En la tarde ya el gobierno hablaba de terremoto, pero confiaba en el gran corazón del pueblo para enfrentar la adversidad. También calculaban si convenía hacer una declaración conjunta con el gobierno electo. Ambos bandos consideraron que no sería bueno para la imagen de cada uno. Así el presidente electo, Piñera, prefirió sobrevolar Concepción en helicóptero y regresar a su mansión de Santiago.
 Mientras la violencia se apoderaba de las calles, Concepción era una ciudad sin ley. Nada funcionaba, ni el agua, ni los teléfonos, ni las radios, excepto una vieja emisora de la zona: radio Bio- Bio. Única voz que nos contaba como iban las cosas. Un ministro apareció por ahí y sostuvo que en diez días más conoceríamos un informe del asunto. Nunca en mi vida habría querido confirmar de esta forma la ineficiencia del estado y los políticos neoliberales. Yo que quise ser un hombre de libros y sentencias sucumbía a mi íntimo destino sudamericano enfrentado un salteador armado con un cuchillo que intentaba entrar a mi hogar.
Ya el segundo día la televisión decidió que era tiempo de apelar a la gran solidaridad de nuestro pueblo: debemos hacer una teletón, exclamaron. Entonces trajeron al viejo mafioso, Don Francisco, que hoy en Miami se ha enriquecido con su programa basura y empezó la fiesta. Ellos saltaban y reían mientras las ancianas de Dichato lloraban junto a sus casitas destruidas. Los grandes empresarios preocupados donaban miles de millones. No fuera a ocurrir que la cosa, que estaba tan buena, se estropeara por causas naturales.
Temblaba y temblaba, pero el gobierno nos decía que eran réplicas… 7.1., 6.9., 7.0., son sólo réplicas. Un periodista de farándula tuvo la suerte de ser sorprendido por una de ellas en las  calles de Talca y simulando jadeos corría tras señora asustadas y les preguntaba cómo se sentían.
            El reportaje en vivo prefiguró el crimen, pues ya al tercer día el gobierno, los medios y el poder habían asesinado la realidad, ya no había catástrofe, sino un gran pueblo que se levanta frente a la adversidad, ya los bancos anunciaban rebajas en sus créditos, ya se oraba por la nación. Ya es tiempo de levantarse, vamos chile, vamos chilenos. Y un niño llorando en una plaza pensando que no tenía donde vivir y los padres de Mariana clamando por su hija entre las algas y casas destruidas.
            Pero para que el crimen fuera perfecto era necesario desviar la atención, así un edificio en el suelo fue declarado zona cero. Talcahuano con su centro destruido, Llico, Iloca, Tirúa, borrados del mapa, no ya no son nada. Desaparecieron tal y como desaparecieron los tres mil muertos de la plaza de Macondo.
            Pero los saqueadores seguían robando y quemando, y en cada robo y en cada quema también destrozaban el mito del Chile jaguar, del país más poderoso y más rico de Latinoamérica, del país europeo en medio de los indios. Todo eso, que dice y piensa la clase dominante se derribó junto las casas. Y los salteadores mostraban su odio hacia un sistema que sistemáticamente los ha excluido y  además los enferma con la exhibición de lujos imposibles.
            Vemos, entonces como la realidad nuevamente se está imponiendo. De ahí que el empresario que gobierna manifieste dudas y pida velados socorros.
            Mientras todo este horror ocurre, los porfiados latinoamericanos, yo ya no soy chileno, seguimos desafiando a la más cruda y verdadera de las sentencias que nos dice que las estirpes condenadas a la soledad no tenemos una segunda oportunidad sobre la tierra Y aquí estamos, escribiendo, ya de regreso de los helados páramos de la muerte.